TURQUESTÁN ORIENTAL O XIANJIANG: EL OTRO TÍBET
- Héctor Balmaceda Sunderland
- 18 ago 2015
- 6 Min. de lectura

La República Popular China (RPC o China, a secas) es un Estado plurinacional (no oficialmente) pues en este no sólo coexisten chinos de etnia manchú o han, sino una gran variedad de ellas, generando un Estado chino multicultural no reconocido por Beijing y contando con grupos étnicos túrquicos o altaicos como los uigur; pueblo nativo de las estepas mongolas que se asentó el Valle de Ili y posteriormente en lo que se conoce como la Región Autónoma de Xinjiang Uigur[1]. La denominación de autónoma es nominal, pues desde su anexión a la República Popular China, la etnia manchú y luego la han, correspondientemente, han emprendido acciones de asimilación contra los uigur –si, contra, pues no cabe otra lógica que la erosión cultural y la aculturación hacia este pueblo-.

(Fuente: Web Islam)
Históricamente, fue el Emir Yakub Beg quien, en tiempos contemporáneos (siglo XIX), le concedió relevancia a dicho territorio uigur pues, luego de combatir a la expansión rusa en Asia Central eurasiática (y después de derrotar por parte de fuerzas túrquicas[2] por primera y única vez a las rusas) fundó el Emirato de Kashgaria en el actual territorio noroccidental de la RPC y fue Beijing en esos tiempos, el gobierno extra regional en deponerlo –debido a que Yakub Beg fue denominado un caudillo detractor de la dinámica expansionista de los imperio chino y del ruso, amenazando así la ampliación de las fronteras que actualmente confinan a Asia Central en sus acepciones económicas, geopolíticas y política-.
A diferencia del país del Tíbet, el cual ha sido objeto de divulgación mediática y objeto de control por parte de Beijing por sus reservas hídricas, Turkestán Oriental (Turkestán Chino) es casi ignorado, tanto por el desinterés de los medios de comunicación tradicionales como por el hermetismo de Beijing ante la cuestión. Cabe preguntarse cuáles son las razones geopolíticas por las que el gobierno chino mantiene a este país dentro de los territorios “nacionales” de la RPC:
Por las razones antes expuestas en un artículo del que escribe[4], en el que se describe el ideario-sentimiento de la Gran China que ya sea por orgullo y prestigio o por meras pretensiones e intereses Beijing busca una China integral, continental e insular en la búsqueda de aquellos territorios que debería ser China y;
Porque, a pesar de que este país[5] se encuentre en la Meseta de Tarim, donde predomina el desierto de Taklamakan; dicho territorio es de tránsito para líneas de aprovisionamiento energético entre los Estados centroasiáticos ex soviéticos -o Ec-exs[6]- (abastecedores de recursos petrogasíferos) y las grandes ciudades chinas de Asia-Pacífico.
Otra diferencia entre la correlación geopolítica de el Tíbet[7] y el Turkestán Oriental es que en este último país, los manifestantes no son lamas y no sólo se inmolan, sino que luchan contra Beijing mediante una mezcla de manifestaciones y actos subversivos contra las “autoridades” locales; acciones que el gobierno central chino califica de “terroristas[8]”.
San gu shili y el miedo al Gran Califato Centroasiático
Teniendo expuestas las «Tres Fuerzas» líneas arriba, es significativo mencionar por qué el gobierno chino considera al secesionismo, al extremismo y al terrorismo, no sólo como amenazas; sino como palabras sinónimo, ya que este gobierno reacciona igual manera y le da el mismo tratamiento a individuos o movimientos populares etiquetados como subversivos. La RPC está articulada por tres grandes regiones “autónomas” y un territorio predominantemente han y manchú. Estas regiones autónomas son: la República Autónoma de Mongolia Interior (Nei Mongol), la de Turkestán Oriental (Xinjiang Uygur[9]) y la del Tíbet (Xinzang)[10]; las cuales conforman una gran parte del territorio “nacional” chino. El Turkestán Oriental representa un sexto de esta composición territorial y tiene profundas raíces culturales con su entorno túrquico[11].
Teniendo en cuenta el porcentaje atribuido al Turkestán Oriental para el territorio nacional de la RPC y que su población mayoritaria manifiesta un sentimiento de irredentismo y acciones de secesionismo para su parte complementaria del Turkestán Occidental (Turkestán ruso); dichas acciones de irredentismo y secesionismo, aunadas al “terrorismo” practicado por los uigur sublevados, funda el argumento de Beijing por combatirlos, puesto que dicha finalidad no sólo minaría la integridad territorial de la RPC, sino que iría en detrimento del ideario de la Gran China y que significaría la composición territorial de una potencia cultural adversa a la RPC en Asia Central; sin contar con un Estado hipotético que, al ser uno de tránsito por las ya mencionados ductos, sería percibido por el gobierno chino como una amenaza a la seguridad energética. Dicho Estado hipotético, Turkestán Oriental, al tener afinidades culturales con las poblaciones de Kazajstán, de Kirguistán, de Uzbekistán y en parte con la de Tayikistán[12]; es considerado como un catalizador por movimiento islamista global encabezado por el Hizb ut-Tahrir[13] (partido de la libertad o de la liberación, en árabe) en su eventual independencia, para el establecimiento del Gran Califato Centroasiático –aquella potencia cultural-. Este nuevo Estado (el Gran Califato Centroasiático), producto de la recomposición territorial que tendría su origen del irredentismo de los pueblos que conforman la civilización centroasiática, contemplaría la unificación de los territorios nacionales de Kirguistán, Tayikistán, Turkestán y Uzbekistán[14].
Consideraciones finales
Es poco plausible la conformación de Turkestán Oriental como un Estado merced de fuerte poder estatal chino sobre los uigur y por las medidas de asimilacionismo, aculturación y enculturamiento ejercidas desde la conformación de la RPC sobre este territorio –como el laicismo agresivo que los soviéticos rusos ejercieron sobre la población de los óblast centroasiáticos. También es poco factible un Estado confesional musulmán[15] de tal envergadura cultural y territorial, pues no sólo Beijing se opone a su fundación, sino Moscú también lo hace. No por nada la existencia de las fuerzas armadas conjuntas de la Organización de Cooperación de Shanghai (RATS) con sede en Tashkent, la persecución de grupos subversivos y la puesta en práctica del Espíritu de Shanghai que está integrado, entre otros elementos, por la proscripción y la represión de las Tres Fuerzas. No obstante, la incierta creación del Estado de Turkestán Oriental y de un concomitante Gran Califato Centroasiático pone en ascuas a Beijing y a los regímenes absolutistas de Asia Central pues el renacer islámico es una realidad en la población centroasiática, incluyendo a los uigur, a quienes se le busca chinificar a toda costa.

Bandera del hipotético Estado del Gran Emirato Centroasiático. (Fuente: Deviant Art)
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[1] Pronunciado Xinjiang como sinkiang. En chino mandarín: “la nueva frontera” o “los nuevos territorios”, afirmando con su denominación la potestad de gobernar a una provincia y no a un país llamado Turkestán Oriental, negando así la existencia de este último.
[2] Hablando estrictamente en ese periodo, pues los tártaros (pueblo eslavo-túrquico musulmán con expresiones culturales arabescas que habitaban en territorio europeo) ya habían sometido a vasallaje a los rusos del Principado de Moscovia
[3] No es el parlamento uigur, es una ONG establecida en Washington por uigur que pugna por la independencia de Turkestán Oriental.
[4] BALMACEDA SUNDERLAND, Héctor, “La Gran China Insular: el vuelo del Dragón Rojo en alta mar”, Contenidos Asiático-Oceánicos, Revista Digital Metrópoli, segunda edición, México, 2013.
[5] Diferente de un Estado, pues el significado de país poco tiene que ver con el de Estado.
[6] Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán son parte de los Ec-exs además de Kirguistán y Tayikistán, pero estos dos últimos no son abastecedores de recursos petrogasíferos. El acrónimo de Ec-exs fue acuñado por el que escribe pues representa la realidad política, jurídica y económica del subcontinente centroasiático de manera más clara que otros acrónimos o formas para referirse a estos Estados, tales como: CAR’s (Central Asian Republics), los “Stan” o 5-Stan’s.
[7] Así, de el Tíbet y no del Tíbet, pues dejar intacto el artículo «el» hace referencia clara al país de EL Tíbet.
[8] Idea basada en las Tres Fuerzas o como se conoce en la RPC como: San gu shili: extremismo, secesionismo y terrorismo, leídos muchas veces como sinónimos en las dirigencias de China, de los Ec-exs y de Rusia.
[9] Estas dos primeras, habitadas por etnias túrquicas.
[10] Esta última, tomada a consideración del que escribe, por contar con una línea historiográfica que la une al pasado político y cultural de Asia Central.
[11] En contrarreloj: Mongolia, Kazajstán, Kirguistán y en parte, el país del Tíbet.
[12] Las etnias mayoritarias tayikas son de origen iranio, es decir, encuentran una mayor afinidad con los pueblos y etnias de Afganistán, Irán y Turkmenistán.
[13] Considerado por Beijing y Tashkent (gobierno uzbeko) como un grupo terrorista y perseguido, en concomitancia.
[14] Relegando a Kazajstán pues, a pesar de que su población comparte raíces culturales túrquicas, Astana se decanta explícitamente por las relaciones de cooperación con Rusia, China y Europa.
[15] No obstante, de manera oficial, Tayikistán es un Estado confesional luego de que su mandante, Emamoli Rahmon declarará a los medios de comunicación nacionales su confesión y que hiciera en un acto oficial el llamado a la oración.
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