ADIÓS, SEGURIDAD ENERGÉTICA
- Héctor Balmaceda Sunderland
- 17 ene 2017
- 7 Min. de lectura

"Evitar una crisis en el suministro de hidrocarburos, la seguridad en el abastecimiento, se ha convertido en una prioridad para los estados consumidores y a lo largo de este período se ha puesto aún más de manifiesto dicha vulnerabilidad energética."
–Anahita Nasirossadat
En las Relaciones Internacionales (RR.II.), se le conoce a un Estado con las suficientes riquezas petrogasíferas (crudo, gas y derivados) para abastecer el mercado interno de manera satisfactorio, al tiempo que puede aportar a la oferta de mercados energéticos internacionales, como potencia energética.
Ser una de éstas, en estos tiempos, es un factor que imprima de poder las decisiones en materia energético-comercial, pues una de las variables de análisis para medir el pulso geopolítico es, sin duda, la diplomacia de los ductos, o la diplomacia de las líneas de aprovisionamiento.
En México, un Estado con riquezas petrogasíferas con posibilidades de haberse convertido en una potencia energética, cada que el gobierno federal (Ciudad de México) anuncia un nuevo "gasolinazo", resulta un insulto, tanto para el patriotismo cardenista, como para el bolsillo; pues no hay que negar que cada que ocurre esto, se añora con el más rancio nacionalismo (chauvinismo, mejor dicho) eso de ser potencia energética y la tan sonada nacionalización petrolera.
¿Qué no fue Expropiación petrolera, como nos enseñaron en primaria? No, empezando porque si así hubiese sido de esa manera, México hubiese sufrido una guerra más por parte de Estados Unidos (EE.UU.) al impedirles más la apropiación de la riqueza nacional extractiva sin compensación alguna y de manera rotunda. Lo que ocurrió fue que se extendió una enorme indemnización a las compañías extranjeras.
Recientemente, el flamante presidente del poder ejecutivo mexicano, Enrique Peña Nieto, anunció en uno de sus característicos discursos que "(...)la gallina de los huevos de oro se secó", dando a entender que el aumento al consumo de la gasolina estaba justificado por la precaria industria petrogasífera.

Si lo analizamos fríamente, tiene razón, pero forma es fondo; no debió expresarse así, menos 'dirigiéndose a la nación'. Su discurso es prueba de la marcada debilidad del sector petrolero en México, sector estratégico para la economía nacional, superado tan sólo por las remesas; otra actividad en peligro. Con ésto quiero decir que la seguridad económica mexicana, más que antes, está en grave riesgo.
Durante décadas, Petróleos Mexicanos (PEMEX), paraestatal sumida hasta hace poco en el paradigma de la soberanía a la mexicana –es decir, vacunada 'contra' cualquier injerencia extranjera, incluso inversiones–, ha explotado el subsuelo rapaz y rampantemente, extrayendo hasta la última gota de los campos petrolíferos, nuestra supuesta gallina de los huevos, que no son tan de oro.
México carece de las refinerías necesarias para procesar y transformar el crudo en gasolina, vendiendo el barril de petróleo (159 litros/barril) a $45.62 dólares estadounidenses (dlls) en los mercados internacionales y a precio que marcan las cotizaciones en Reino Unido y según el tipo de mezcla.

La mezcla mexicana es de las más impuras y pesadas, por lo que el crudo es de menor calidad, afectando directamente el precio; así, por ejemplo, el tipo Brent o la mezcla Wast Texans son significativamente más caros que el petróleo mexicano.
En el siguiente mapa (se sugiere consultar fuente para conseguir mayor tamaño y resolución de la imagen) se observan las regiones, por orden de reservas probadas de petróleo (cantidad de petróleo extraíble de manera rentable y con las tecnologías actuales), ubicando a México y el resto de Norteamérica como la quinta región.

Fuente: https://pubs.usgs.gov/fs/2012/3042/fs2012-3042.pdf
No obstante, ello no es alentador, pues el 70% de los petrogasíferosa nivel global se hallan en lo que se conoce como la Gran Creciente, del Paul Isbell, quien señala que es bajo esa trayectoria donde se hallan los recursos petrogasíferos más accesibles y asequibles. Tan sólo México posee un equivalente del %0.7 de las reservas probadas del orbe.

Es por lo anterior que nos encontramos ante una posible crisis energética y económica, pues durante décadas, el gobierno mexicano apostó por descansar el crecimiento económico en una actividad económica secundaria, muy ad hoc a como hacen los Estados con economía en vías de desarrollo (ya no mencionemos con economías en desarrollo, como la es la mexicana).
La industria petrolera mexicana de hoy es muy parecida a la de la era victoriana: precaria, peligrosa y obsoleta, pues esa ya mencionada soberanía a la mexicana, nacida del ideario colectivo mexicano merced de intervenciones militares extranjeras y consolidada luego de la "Expropiación petrolera" no había permitido ningún tipo de inversión extranjera o cooperación internacional en materia energética.
Por ello, y como sucede con Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán, cuya balanza comercial está comprometida a las exportaciones de petrogasíferos hacia Rusia; 'nuestras' exportaciones se dirigen principalmente al Estado vecino del norte, cuya industria incursionó primero en este sector y cuyo consumo resulta ser un centro gravitacional para el comercio de crudo y otros energéticos.

Fuente: International Energy Agency (IEA)
Tan sólo, EE.UU. es el principal socio comercial de México y éste, el segundo socio comercial de EE.UU., así, por ejemplo: los principales destinos de las exportaciones de de Estados Unidos son Canadá ($241 miles de millones), México ($194 miles de millones), China ($134 miles de millones), Japón ($67,5 miles de millones) y Alemania ($61,6 miles de millones). Sus importaciones son China ($432 miles de millones), Canadá ($331 miles de millones), México ($291 miles de millones), Japón ($128 miles de millones) y Alemania ($121 miles de millones).
México tiene el cuarto lugar como proveedor de crudo a EE.UU. En primer sitio continúa Canadá con un acumulado de 996 millones de barriles, seguido por Arabia Saudí con 353 millones, Venezuela con 263 millones y México con 230 millones.


En la primera tabla es posible observar un decremento en los volúmenes de exportación del crudo mexicano en ésta última década, mientras que en la segunda se aprecia el lugar que ocupan las exportaciones de este recurso en la balanza comercial.
Con el descubrimiento del shale gas (gas de lutitas), no obstante, EE.UU. redujo su demanda de energéticos, impactando negativamente en la balanza comercial mexicana, y por supuesto, en la importación de derivados del crudo, pues las exportaciones estadounidenses a México bajaron de 221.4 mil millones de dlls en el periodo enero-noviembre de 2014 a 217.7 mil millones en el mismo lapso de 2015.
Retomando la 'muerte' de la emblemática gallina, el discurso de Peña Nieto hace referencia a un sector moribundo, como si no se pudiese obtener energía e ingresos de otras fuentes de energía, pues pareciera que Ciudad de México se encuentra negada a probar fuentes renovables, teniendo un territorio rico que pudiese aprovechar la energía eólica, la geotérmica, la lumínica o la mareomotriz.

En lo personal, el uso de presas en las cabeceras de ríos me parece sumamente predatorio, pues eso implica: deforestación; degradación y exfoliación del suelo; retención de embalses, desecando las riberas; liberación de embalses, lo que provoca inundaciones.
PEMEX es la gallina de los huevos de oro, moribunda, pues ya no es rentable, además de que los recursos petrogasíferos son no renovables y las proyecciones indican que quedan, en todo el planeta, para cien años más, lo que desmotiva la cadena de valor de esta industria (especulación-exploración-perforación,-extracción-transformación-comercio-consumo final). Además, a menor oferta, el producto se encarece.
Así como el gobierno federal arguye que el precio de las tarifas de trasporte público es menor a las del resto del orbe, el precio de la gasolina es menor. Sí, comparando el precio neto, pero resulta una falacia si se compara con el ingreso mínimo y la paridad cambiaria, afectando directamente al mexicano de a pie; pues si sube la gasolina, casi todos los productos y servicios se elevan para equiparar las pérdidas. Por ello, la gasolina mexicana es la más cara a nivel global.
Adicional a lo anterior, en México, para conseguir energía eléctrica, se echa mano de la quema de combustibles sintéticos, como la gasolina. Así que esperemos también un aumento en el consumo eléctrico por igual: industria pública y privada, empresas y casa habitación. Siendo así, no parece nada atractivo la compra y uso de automóviles híbridos...
En términos geopolíticos, el fin de la gallina de oro expresa fatalismo respecto a la seguridad energética, pues además de implicar la debacle de uno de los sectores estratégicos de la economía, implícitamente se reconoce que México posee la "maldición de los recursos".

¿De qué va lo anterior? Cuando un Estado posee recursos naturales estratégicos, como los son los petrogasíferos, tanto el sector público como el privado, en el mejor de los casos, deben de participar en conjunto para concertar cómo, cuándo y bajo qué términos se debe explotar dichos recursos, y si el consumo será doméstico, para exportaciones o en ambos casos.
De esa manera, se tendrá una planificación estratégica de los recursos estratégicos, y entiéndase por estratégico aquello que, si merma o sencillamente no hay, no se puede lograr la consecución de los objetivos planteados.
Si lo anterior no se contempla, se tomarán riesgos para la economía nacional, pues la abundancia de recursos conlleva hacia la explotación desmedida en aras de conseguir ganancias monetarias. Esto significa que la seguridad económica, y energética en el caso mexicano, está sujeta a una dinámica de economía rentista y políticas patrimonialista respecto a las riquezas nacionales. Esto se debe a que el crecimiento económico descansa en la explotación y comercialización de uno o algunos recursos o insumos.
Eso también pasa con los Estados centroasiáticos exsoviéticos (Ec-exs), pues el árbol de los recursos no permite ver el bosque de los problemas.

Es aquí cuando les pregunto, parafraseando a Peña Nieto ¿Qué hubiesen hecho ustedes? Y ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina? La gallina no es el petróleo, como señala Peña Nieto, pues de ser así, esa visión se ajustaría, en efecto, a la maldición de los recursos.
La gallina es, en realidad, PEMEX, o debería serlo, pues no es más que un polluelo, un gallito; institución ensalsada por el gobierno, de la cual los mexicanos debían presumir y sentir orgullo, pues así se ha inculcado.
Un gallito que no ha podido hacer frente a la dinámica del comercio internacional de petrogasíferos por el absurdo proteccionismo que se le brindó, enalteciendo su supuesta robustez y queriendo tapar el Sol con un dedo. Para o que sí ha servido es como palanca de componendas políticas y para sangrar el erario en pro de la rapiña y la corrupción.
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