11/9/2001 Y LA PAX ESTADOUNIDENSE
- Héctor Balmaceda Sunderland
- 12 sept 2016
- 4 Min. de lectura

"El comienzo de una nueva guerra a nivel internacional, nace un nuevo enemigo para Estados Unidos (prefabricado) después del socialismo soviético. 11S, una fecha importante para la reconfiguración de las relaciones y geopolítica internacionales. La defensa preventiva comienza a ser el instrumento estratégico-políticomilitar más importante del siglo XXI." –Rodrigo Rivera Flores
Se conmemoran 15 años de uno de los sucesos que conmocionaron, merced de su impacto mediático, a gran parte del orbe. Muchos han sido los atentados, muchos de ellos terroristas, que se han efectuado; no obstante, el derribo de las Torres Gemelas es un hito en la Historia Universal. Como escribí, han sido muchos los ataques terroristas, todos lamentables, así como lamentable fue la perdida de vidas en el 11/9, pero ésta último inauguro una era en el Complejo Relacional Internacional.
A partir de ese día, Washington le 'declaró la guerra global' al terrorismo, ampliando la presencia militar estadounidense en varios lugares del planeta. El objetivo: contar con los emplazamientos mínimos para desplegar con celeridad, tropas y pertrechos por si se requiere, incluso si es de manera simultánea, otorgando un amplio margen goestratégico de logística (táctica y estratégica).
Con el consenso intergubernamental, al gobierno estadounidense se le dio legitimidad de la defensa por medio de ataques preventivos en aquellas latitudes en las que se presumía actividad terrorista, según fuentes de inteligencia.
Incluso, el mismísimo Vladimir Putin apoyó a George Bush Jr en su empresa por erradicar el terrorismo. En ese momento nació lo que conocemos como Comunidad Internacional (CI, diferente de Sociedad Internacional, SI), que es aquella porción o fracción de la SI que se una a una causa en el pulso de la Política Internacional, creando una agenda propia bajo posturas similares.
Hay que recordar, eso sí, que el Consejo de Seguridad (CJ o CJNU) no aprobó la invasión estadounidense a Irak, pero al hacerlo, Washington reivindicó su figura de autoridad y líder del unilateralismo. Era el momento idóneo de recordar a la SI cual fue el triunfador de la Guerra Fría.
Lo anterior, no obstante, tiene una antesala, un preludio teórico que descansa en dos documentos del poder ejecutivo estadounidense:
Project for a New American Century, documento el cual pretendía alentar a la clase política dirigente de Washington a aprovechar el colapso de la URSS, imponiendo a EE.UU. como el hegemón global y establecer así un nuevo capítulo en el ideario geopolítico estadounidense.
Defense Planning Guidence, redactado por el exvicesecretario de defensa estadounidense, Paul Wolfowitz, instando a Washington a no perder de vista que, aunque la Guerra Fría había llegado a su final, existían Estados objetivo para reducir su poder, es decir, China, Irán y Rusia.
El ataque a las Torres Gemelas parecía el motivo o pretexto perfecto para poner en marcha esos planes, por lo que el gobierno de Bush no perdió tiempo en ejecutar los planes.
Dejemos a un lado las especulaciones en torno a la dominación mundial mediante argumentos que esgrimen el poder del Club de París, la masonería, el Club Bilderberg, el Opus Dei o los Iluminati. Esto va más allá, es realpolitik y weltpolitik, por decir, pura y cruda: presencia militar global estadounidense (o de coalición). La cuestión, para Washington, es cómo lograrlo. A continuación, una de las respuestas...
De los documentos antes mencionados, surgió la idea de la Full Spectrum Dominance, pues si el Tratado de Washington (Tratado del Atlántico Norte) otorga un marco jurídico para la cooperación militar transatlántica, el permitir la presencia de tropas extranjeras es un tema delicado para terceros Estados (que no son signatarios) Debe, bajo esta lógica, de justificarse, de generar la oportunidad. Una de esas formas fue el presentar pruebas falsas, por parte del exsecretario de Estado, Collin Powell, ante el CJNU para invadir Irak (supuesta guerra preventiva; en realidad, guerra de agresión. La otra, germinar las causalidades necesarias: las guerras de baja intensidad.

Las guerras de baja intensidad se contemplan como conflictos de los que Washington puede obtener ventajas. Dichos conflictos abarcan, desde lucha contra el crimen organizado transfronterizo y transnacional, guerras civiles, hasta conflictos interétnicos.
Las ventajas aparecen con la colaboración de los gobiernos de los Estados que presentan dichos síndromes y se inserta la presencia militar occidental para restablecer la paz.
Inmediatamente se convierte el gobierno estadounidense en acreedor de deudas morales que se traducen en deudas políticas. Es así que los gobiernos deudores comienzan una espiral de dependencia para con Washington.
Las Operaciones de Mantenimiento de las Paz (OMPs) serán las fuerzas armadas (FF.AA.) foráneas encargadas de resolver los conflictos, teóricamente.

Según el historiador Jeremy Kuzmarov, el programa Partnership for Peace (Pfp), de la OTAN, tiene como función prologar los conflictos de deberían ser sofocados; sembrando sentimientos de molestia, inconformidad y hasta de xenofobia en la población objeto y contrapunteando a sociedades polarizadas, así como extendiendo asistencia técnica y dotando de armamento a combatientes. Ergo, se fomenta la escalada de violencia y degenerando progresivamente la situación doméstica. Hasta aquí la primera fase de la Full Spectrum Dominance.
La siguiente fase se activa al momento de que la situación adquiere un cariz más grave y se extiende en todo del territorio del Estado, regionalizando el conflicto. En esos momentos, el gobierno del Estado objeto se verá forzado a seguir siendo asistido por las FF.AA. extranjeras, cayendo en una dependencia y deuda más profundas.
El resultado se presenta cuando los efectivos de asistencia foránea, prestada por Washington, pactan con el gobierno del Estado, la formación de cuadros gubernamentales capaces de 'hacer frente' a la situación y concertando la formación de fuerzas de seguridad (seguridad pública y FF.AA. nacionales) que estén a la altura de la anomia.
Estos cuadros políticos gubernamentales y los cuerpos de seguridad serán adoctrinados según esta estrategia, táctica de doble rasero, la cual tiene como finalidad repetir las situaciones de inestabilidad, infestando al Estado huésped –en sentido figurado– mediante la inserción del 'virus' y corrompiendo la vida pública y la política nacional para justificar la permanencia militar estadounidense.
La última fase se produce cuando el conflicto se internacionaliza, lo que permite expandir físicamente las OMPs y sumir a los gobiernos de los Estados adyacentes en la misma espiral de dependencia con la consigna de instaurar una paz duradera, una de autoría estadounidense, una pax estadounidense.
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