LA SINGULARIDAD IRANÍ
- Francia Conde García│Héctor Balmaceda S.
- 9 jun 2016
- 8 Min. de lectura
Actualizado: 6 abr 2023

Inmerso en el corazón de Oriente Medio, heredero del gran Imperio Persa y con una superficie de 1,648,195 km², la República Islámica de Irán (Irán) es una combinación de diversos elementos (geográficos, étnicos, políticos y religiosos) que lo convierten en un Estado difícil de descifrar.
En los últimos tiempos, ha sido fácilmente identificado con los términos de integrismo islámico, promotor del terrorismo y Estado nuclear; sin embargo, Irán es mucho más que un par de conceptualizaciones occidentales.
Las aspiraciones nucleares de Teherán le han situado bajo el escrutinio de la rigorista de la Comunidad Internacional. A pesar de que el gobierno iraní ha insistido en los fines pacíficos de su programa nuclear, hay muchos elementos que hacen dudar de los mismos.
Geopolítica
Pensar en términos geopolíticos sin duda nos adentraría a una gran diversidad de escuelas y pensadores que le dieron vida a éste campo de estudio. Destacando los trabajos del almirante Alfred Thayer Mahan, de Halford Mackinder y de Alexander Seversky (Geopolítica clásica), en los que se resaltaba la importancia de controlar ciertos espacios geográficos (mar, tierra y aire) como sinónimo de poder.
Las aportaciones de la Geopolítica a Relaciones Internacionales (RR.II.) son infinitas, permitiendo una explicación, si no completa, si muy complementaria, a los problemas que aquejan a nuestro mundo. Será el enfoque de este tema, desde la premisa de que la Geopolítica estudiará la influencia de los factores geográficos en las políticas de un Estado.
Dicho de esta forma, Irán posee una posición geoestratégica privilegiada: su frontera norte se baña con las aguas del Mar Caspio; mientras que en el Sur tiene un total acceso al Golfo Pérsico y control sobre el Estrecho de Ormuz; comparte su frontera oriental con Turkmenistán, Afganistán y Pakistán, y al poniente con Azerbaiyán, Georgia, Turquía, Irak y Kuwait. De esta forma, extiende su influencia en el Golfo Pérsico, en Asia Central y en el Levante Mediterráneo.
El Estado se encuentra en una de las zonas más inestables en el globo terráqueo: el polvorín de Oriente Medio. Caracterizado por la complejidad de conflictos de tipo religioso, étnico o territorial que parecen no tener fin, también por su riqueza energética, aunque tendríamos que agregar un factor clave: el nuclear. En este contexto, Irán se encuentra rodeado de grandes centros de poder o Estados importantes en la estabilidad de la región, tales como Irak, Arabia Saudí, Israel, Turquía, Pakistán, India o Siria (por mencionar algunos).
La relación que mantiene con cada uno de los Estados anteriores tiene que ver con su Interés Nacional. Dejando claro que el escenario mundial evoluciona más rápidamente que cualquier valoración o teorización, cada jugador en el tablero mundial moverá sus piezas según sus propios intereses.
Dicho de esta forma, observamos la manera en que se formula la política exterior iraní dependiendo de su administración: descendiente del Imperio Persa, la República Islámica de Irán fue reconocida como tal en el año de 1923.
A pesar de que éste Estado no fue colonizado por alguna potencia extranjera, recibió gran influencia británica y rusa a principios del siglo pasado, en la lucha por el control de sus recursos energéticos.
El Estado iraní se encontraba gobernado por el Sha (monarca) Reza Pahlevi, quien contaba con gran apoyo de Washington y de Londres. Esto quedó representado en el episodio del derrocamiento del gobierno nacionalista del primer ministro Mohammah Mossadegh.


Éste había intentado proclamar la nacionalización del petróleo en 1951. Dicha situación terminó en la aplicación de sanciones económicas y el boicot internacional contra las exportaciones petrolíferas iraníes, así como el regreso del Sha Pahlevi al mando de Irán.
Parte de ese triunfo se debe a la intervención de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y al MI6. A decir de Antonio Núñez García-Sauco: “(…) con esta intervención, Irán quedó definitivamente bajo la influencia occidental y más completamente norteamericana, que se acrecentó, a partir de los años sesenta, durante el reinado del Sha, convirtiendo a Irán, junto a Arabia Saudí, en principal aliado de Estados Unidos en la zona.”¹
La relación ‘amistosa’ del Sha con el gobierno estadounidense le facilitó el acceso a la energía nuclear. En el contexto de la Guerra Fría, Irán colaboró en el proyecto “Átomos para la Paz”, en 1957, el cual tenía como objetivo desarrollar la energía nuclear con fines pacíficos.
Teherán firmó el Tratado sobre la No Proliferación de las Armas Nucleares (TNP) el primero de julio de 1968, recibiendo así el apoyo de Washington, París y Berlín, principalmente, status que cambiaría radicalmente con la Revolución Islámica de 1979. Este es el acontecimiento de mayor trascendencia para la historia del Estado, ya que definió las bases del Irán actual. La Revolución Iraní, liderada por Ruhollah Jomeini, destituyó al Sha y en su lugar instauró el régimen islámico. La ideología de Jomeini quedó sumamente plasmada en la constitución, destacando la importancia del capítulo décimo, dedicado a sus principios de política exterior².
Con esta se determinó la nueva estructura política de la que emerge la figura central del poder iraní, el Ayatolá, o Líder Supremo. Con ésta nueva dirección y sumado el incidente de la toma de la embajada estadounidense en noviembre de 1979, estaba claro el rompimiento de toda relación con Estados Unidos.
Con la muerte de Jomeini y el ascenso del nuevo Ayatolá, Alí Jamenei, se decidió retomar el proyecto nuclear, aunque de manera secreta.
Es en 2002 cuando tomó relevancia este tema, porque se dan a conocer la existencia de dos instalaciones: Natanz y Arak, situación que desató una fuerte controversia ante la posibilidad de que Irán estuviera en busca de la bomba atómica.
Irán se hizo acreedor de sanciones económicas por parte de Washington y se le exige una mayor cooperación con el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).
Fue bajo la administración de Mahmud Ahmadineyad que se decidió reimpulsar el programa nuclear, con la premisa de defender el derecho inalienable de Irán para desarrollar la energía nuclear (estipulado en el artículo 4° del TNP), postulado que sumado a su retórica desafiante, resultó por intensificar el conflicto.
La política exterior impulsada por Ahmadineyad fue muy activa, mostrando claros signos de tinte geopolítico: Irán utiliza sus recursos estratégicos (petróleo, gas natural, control sobre el Estrecho de Ormuz) como forma de presión y comercialización de sus recursos a cambio de apoyo diplomático (a Beijing y Moscú).

También hay que dejar en claro que el programa nuclear es un asunto de seguridad iraní. La siempre latente conflictividad con Israel, el antagonismo con Arabia Saudí y el intervencionismo estadounidense en la periferia iraní son factores que promueven el desarrollo de su programa, el estricto control del Estrecho de Ormuz y su adquisición de tecnología militar rusa.
Aunque su fuerte disposición por ser reconocido como potencia regional, ha preocupado a más de uno, incluso abre la posibilidad de desatarse una carrera nuclear en todo Oriente Medio.
Otro de los factores que hicieron parecer a este Estado como peligroso es la estrecha relación que mantiene con movimientos de resistencia en el Oriente Medio: Hizballah y Hamas. Esto le ha costado a Irán la membresía en el Eje del Mal.
Finalmente, la victoria en junio de 2013 del político moderado Hassan Rouhani se debió en parte por el gran desgaste económico que las sanciones internacionales habían dejado. La labor de Rouhani entonces tendría que ser de carácter reparador y conciliador con la Comunidad Internacional, al menos eso parecía.
Petróleo
El petróleo es uno de los factores más determinantes en la historia de Irán, no sólo por ser la fuente principal de sus ingresos, sino la riqueza y control sobre este recurso son sinónimos de poder, por tanto, objeto de estudio geopolítico.
La distribución irregular de los recursos petrolíferos determina la concentración y la escasez en algunas regiones del planeta, por ello, la existencia de Estados productores y otros consumidores; siendo el petróleo el centro de disputas internacionales, intervenciones económicas, políticas y militares.
La riqueza energética del Golfo Pérsico la convierte en la zona más significativa a nivel geoestrategia-recurso petrogasífero.
El territorio de la República Islámica de Irán se caracteriza por tener una gran riqueza energética, ocupando el segundo lugar de reservas petrolíficas en el Golfo Pérsico, sólo después de Arabia Saudí y también con el segundo lugar a nivel mundial en reservas de gas natural, justo después de Rusia.

Irán fue precursor de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en forma conjunta con Venezuela, Arabia Saudí, Kuwait e Irak, en 1960, con la finalidad de controlar el mercado petrolero (la mayor parte de las ganancias eran para las petroleras transnacionales), estabilizar el precio de los hidrocarburos y así evitar su caída.
Su primera demostracion de poder fue en 1973 con el embargo petrolero a Occidente como consecuencia de la Guerra de Yom Kippur. Todos los conflictos en la región provocan una tendencia alcista sobre los precios del petróleo.
La gran cantidad de sanciones económicas impuestas a Irán lograron por diversificar sus exportaciones petroleras hacia Asia, primordialmente hacia Rusia, pasando primero por Turkmenistán, China, Japón e India.
Religión
La denominación «República Islámica» implica una mezcla compleja entre teocracia y democracia. Tal expresión, se refiere a la organización política del Estado. La religión oficial es el islam chií, rama que surgió por una controversia entre Alí y Muawiyya por la sucesión en el Califato, a mediados del siglo VII.
El islam chií es la corriente que defiende a Alí como el sucesor legítimo de Muhammad, mientras que el sunní defiende la legitimidad de Muawiyya. El chií y sus clérigos se consolidaron en el poder iraní con la Revolución Islámica. Tal como se mencionó anteriormente, el poder central se consolida en una sola figura, el Ayatolá en turno.

El régimen político, no obstante, también tiene una variante democrática, lo cual significa que el sistema político tiene instituciones electivas: Presidencia, Parlamento y Asamblea de Expertos; así como instituciones no electivas: Consejo de Guardianes, Consejo de Discernimiento y Consejo de Seguridad Nacional.
Una de las principales críticas al régimen iraní recae justamente sobre la naturaleza del Estado, el cual se encuentra controlado por una elite político-clerical y sobre la que le otorga a los clérigos chiíes una autoridad superior que el resto del sistema.
Conclusión
Tratar de comprender a Irán bajo una visión occidental sería un craso error, esto es porque las conceptualizaciones existentes se quedan cortas ante tal caso.
Desde centurias atrás, la grandeza de Persia ha despertado gran fascinación entre navegantes, geógrafos e historiadores, y ya en su transformación como Irán, sigue latente este efecto.
En la actualidad, el interés académico por el Estado iraní se expresa en términos energéticos, por liderazgo regional y por su programa nuclear, considerando a Irán como un actor clave de la estabilidad regional y global.
Explorar y estudiar a un Estado de principios enteramente diferentes al nuestro puede ser una labor difícil, por lo que es necesario partir de los principios de respeto a la diversidad cultural para no caer en subjetividades.
Encontrar en la figura de Irán, un Estado con un antepasado asombroso, con un fuerte nacionalismo que acredita y legitima a las autoridades religiosas, así como un gobierno desafiante a los intereses estadounidenses en la región, son variables interesantes en un análisis de este tipo; que sumadas a un factor nuclear, siempre llamará la atención de todo público.
No es pertinente definir a Irán bajo ninguna etiqueta, sólo hay que tomar en cuenta que es un gran Estado con vocación de liderazgo y deseos nucleares.
¹NUÑEZ GARCÍA-SAUCO, Antonio, Irán como pivote geopolítico, Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional, Ministerio de Defensa de España, Junio 2010 p. 7, disponible en línea:
http://www.defensa.gob.es/ceseden/Galerias/destacados/publicaciones/docSegyDef/ficheros/035_IRAN_COMO_PIVOTE_GEOPOLITICO.pdf
²La Constitución iraní contempla 4 artículos referentes a sus principios de política exterior, podrá consultarse en español. Disponible en línea:
http://www.mexicodiplomatico.org/art_diplomatico_especial/iran_constitucion.pdf
Commenti