REPENSAR EL ROL DE LA GEOPOLÍTICA
- Héctor Balmaceda Sunderland
- 17 ago 2016
- 3 Min. de lectura

"El quehacer geopolítico es, después de todo, aquello en torno la atención, preocupación y ocupación de nuestro interés por cada centímetro cuadrado y gramo de mana." –Héctor Balmaceda
La praxis geopolítica se ha reservado como facultad exclusiva, al parecer, de los Estados (y de compañías), dándole a su estudio y a su ejecución una perspectiva que prima en lo estatocéntrico.
La Geopolítica es ciertamente embrionaria, en contraposición a la geopolítica (la praxis), la cual ha sido desarrollada por el ser humano, probablemente, desde la aparición de éste sobre la faz del planeta.
Esta última perspectiva responde a criterios estatocéntricos tendientes a la continuidad del Estado-nación, el cual debe aplicar las estrategias geopolíticas y garantice su dinámica como organismo social, el cual (entre otras cosas) tiene como inherencia, su expansión.
Si de referirse a las clásicas concepciones académicas sobre la praxis geopolítica, lo primero que salta a la vista, merced del paradigma establecidos, es el cariz militar por el cual fue proscrita la Geopolítica tácitamente entre los círculos académicos y gubernamentales después de la Segunda Guerra Mundial.
Dicho cariz o aspecto de las geopolíticas ha sido el más abordado debido a:
Su rol protagónico como variable de análisis de la Historia Mundial y como factor determinante de la Política Internacional.
Por lo seductor que resulta el arrojar material de análisis, el cual es captado y deconstruído para ser destinado al acervo de conocimiento sobre estrategias, tácticas y técnicas bélicas.
Su atractivo relativo del análisis de información estadística, correlación de números, desarrollo de sucesos, interacción de las partes y movimiento de piezas en el tablero.
Y por la fascinación hacia la generación de tecnología bélica, el desarrollo del campo militar como elemento del Poder Nacional y porque los conflictos armados siempre otorgarán rentabilidad de cobertura (académica, fáctica y mediática).

De ahí lo sugerente de estudiar lo militar y su inmediatez con lo geopolítico, empero, el hecho de prestarle atención al desempeño militar, ignorando otros elementos del quehacer geopolítico, ha sobredimensionado su esencia, al punto de crear un falso sinónimo entre ambos.
En efecto, es innegable la simbiosis entre las atribuciones y funciones del Estado-nación en su rama militar y el quehacer geopolítico, por lo que se sugieren dos formas de visualizar la correlación:
1) El quehacer geopolítico como herramienta de estudio del espacio físico y las necesidades espaciales del ser humano, en la disposición y planificación de los espacios geográfico y en la toma de decisiones de un organismo social respecto del territorio que utiliza o pretende usar.
2) El aspecto castrense como elemento de diseño y ejecución de políticas militares y tácticas sobre algún espacio geográfico y como variable de análisis de la disciplina académica.
De acuerdo con el segundo punto y como líneas arriba se hace referencia, el aspecto militar de los organismos sociales es sólo una de las partes constitutivas del quehacer geopolítico, ya que, además de la inmediata correlación entre este aspecto, las decisiones políticas y el ámbito geográfico, la Geopolítica y la praxis geopolítica contemplan otros elementos tales como:
Los asentamientos humanos y el tratamiento que éstos les da al terreno que habitan.
La administración de los recursos naturales, las rutas comerciales y la movilidad de mercancías.
La dinámica y la disposición espacial de los órganos rectores del organismo social o la situación que el organismo social guarda con respecto de otros semejantes.
Con el desempeño académico y las prácticas gubernamentales, versados sobre el desarrollo geopolítico, se mantiene viciado el concepto de Geopolítica, tanto que sus estudios se han acotado al mero aspecto militar y expansionista, a la Geopolítica clásica y tradicionalista como instrumento de sensacionalismo, más no de análisis. El quehacer geopolítico es, después de todo, aquello en torno la atención, preocupación y ocupación de nuestro interés por cada centímetro cuadrado y gramo de mana.
Y es eso mismo lo que nos lleva a toparnos con interacción de voluntades y choque de intereses; todos poseemos intereses y ejercemos en su función.
Esa provoca disputa y esa disputa por el mana, la materia y el espacio se lleva a cabo en casa, en las calles, en lo público, entre organizaciones como entre individuos; pues de lo finito se alimentan nuestras infinitas necesidades.
Opmerkingen